Hoy es 14 de Agosto de 2052, mi cuerpo ha visto pasar a muchas generaciones de amigos, la mayoría de mis reuniones sociales son velorios o memorias, estoy cansado. Visito a mis amigos frecuentemente aun tengo fuerzas para ser independiente, a mis casi 72 años nadie me da de comer en la boca, tengo la presión arterial elevada podría ser la causa de mi muerte, que todavía no quiere venir por mí. Ya se fue la persona que me aguanto tantos años, tantas cosas. Se fueron mis hermanos, se han ido tantos amigos, tantos enemigos. Vivo solo sin mucho que hacer. Parado en frente de tu tumba, ya te fuiste hace varios años, mi querido amigo, vienen a mi mente las imágenes del día que te enterramos, pediste que tu cajón sea azul y blanco, así fue. Pediste tener la camiseta puesta, te la pusimos. Lo único que no pude lograr fue enterrarte en Matute. Hoy vine a recordar nuestra amistad a dejarte a los pies la camiseta de este año, como todos los años desde que te fuiste, que envidia tu colección, es hora de irme me esperan muchas cosas por hacer hoy, a diferencia de otros días.
Hoy regreso a Matute una vez más, a ver jugar a esta nueva generación de muchachos que saben quien fue Alejandro Villanueva porque así se llama este estadio, si muchachos, un jugador que a mis 72 años nunca vi jugar, hablan de la tragedia del Fokker, hablan de Waldir Saenz goleador histórico hasta la temporada 2046 en que este muchacho venido de las canteras se volvió un diablo con la pelota, así podría divagar y contarles a todos estos mocosos lo que es este equipo, lo que ha vivido conmigo, esa tribuna que antes llamaban popular y donde colgaban una cantidad de banderas así como ves en esas fotos antiguas que tengo colgadas en mi casa, de mi tribuna Oriente, donde sentía como el cemento retumbaba de tanta alegría y de tanta euforia, cuantas veces gritamos un gol en esa tribuna, cuantas veces salí renegando, cuantas historias podría contarles….
Hace ya dos semanas vengo pintando sobre una tela azul una frase en letras blancas y rojas. Vamos a cumplir un sueño, esto significa mucho para mí, el mundo no puede conspirar dos veces en nuestra contra, me acuerdo como hace muchos años más de 40 hicieron unos polos que decían en la espalda: La derrota no es una opción y no hay excusas. Aún así perdimos, esta vez no, esta vez todo es perfecto, nada puede salir mal. Busco una mochila en donde poner mi bandera, la guardo bien no pesa mucho, hace muchos años que no se ven banderas en los estadios de Sudamérica, pero la pasión no cambia, pasen mil años el cemento aguanta y sigue retumbando fecha a fecha.
Salgo de mi casa con cierta lentitud, tomo mi pastilla para la presión indispensable en esta clase de partidos, una más al bolsillo por si acaso. Llego a la puerta del estadio, Alejandro Villanueva sigue ahí inamovible, ahora a su lado después de mucho se les hizo justicia, Cesar Cueto y Teofilo Cubillas, entro muy contento, me saludan los vigilantes, me hacen algunas bromas acerca de mi mochila, me dejan entrar sin inconvenientes, ni siquiera revisan el contenido de la mochila. Me ubico en la butaca de siempre, después de que te fuiste, vendieron tu asiento a un joven, alguna vez hemos conversado, hemos gritado los goles, me presento a su familia, buen muchacho, tema de otra historia, sale el equipo, esos colores que te inflan el pecho de orgullo, es lo único que me queda, ¡VAMOS CARAJO HOY DÍA NO PODEMOS PERDER!
En la cancha el primer campeón de América quiere la gloria una vez más, y del otro lado mi Alianza, una vez más queriendo ser parte de la historia, en Uruguay empatamos a 1, aquí la historia debe ser diferente… Rueda el balón… fin del primer tiempo empatados a cero, partido cerrado, empieza el segundo tiempo, nadie quiere ir a los penales, la tecnología a avanzado mucho no hay error en los offside, se va el primer cuarto de hora, media hora, quedan 15 minutos, la tensión no puede ser más grande, miro mi mochila, hago un esfuerzo por mantenerme de pie, la presión debe estar subiendo, tomo de inmediato mi pastilla, regreso al partido trato de concentrarme en lo que resta, falta dentro del área, penal a favor de Alianza. El nuevo goleador histórico se para en frente del balón, todo se define en esta jugada, el arquero de Peñarol trata de intimidar al delantero, coloca la bola retrocede tres pasos, ladeado a la derecha, patea cruzado, arquero a un lado, pelota al otro, GOL CARAJO, GOL… a celebrar con esa hinchada que ha esperado más de un siglo para ser campeón de América. Faltan pocos minutos… tienes tu bandera en la mano pero todavía no la despliegas, estas esperando el pito del árbitro. Final. Final, todos celebran las lágrimas no dejan de caer por mi rostro, trato de secarlas, mientras despliego mi bandera: YO LO VI CAMPEON, todo es alegría, la gente en las calles celebra, la gente en el barrio, por todos lados caravanas de hinchas saltando, pero yo estuve ahí, como tu hubieras querido estar. La copa se queda en casa.
Todo no termina aquí, hoy es un día especial. En la algarabía del festejo y con el poco resguardo policial, vamos a terminar mi promesa, ya tenía todo listo desde que supe que la final la jugaban hoy en Matute, mis últimos sueldos de jubilado se van en esta misión, se escabullen entre los vigilantes que quedan, no hay nadie más, fue muy fácil sacarla, estaba aún en el camerino, mientras todos los jugadores se fueron a celebrar, dentro de varias bolsas negras esconden el trofeo, suben al carro, fue demasiado fácil.
Una ligera llovizna acompaña nuestro camino, saco la copa, la miro, la toco, leo cada uno de los campeones desde 1960, es mágica. Muy bien llegamos, es casi media noche y todos siguen celebrando, me ayudan a cargar la copa. Déjala ahí, sí, sí ahí. Ya váyanse, no los necesito más. - ¡Viejo Loco! - Lo que quieras pero vete de una vez.
Aquí esta, mi promesa cumplida, saco mi bandera, la estiro a un costado de la copa, saco un aparato obsoleto, busco entre mis cosas un disco, si este es, aaaaah ¿me lo quisiste quitar, no? aún lo tengo, un poco rayado pero aun funciona, aquí están los parlantes. Suenan los primeros acordes de esa canción de Guerra, que bueno es el Metal, que bueno era Slayer. Todo está listo, la llovizna se convierte en una lluvia muy intensa, parado al lado de la tumba, el viento sopla fuerte y te digo, promesa cumplida mi querido amigo, ahí tienes la copa Libertadores de América, ahí tienes es disco que no me pudiste quitar, ahí está la bandera que queríamos hacer.
Por la mañana los diarios, con las fotos de la misteriosa aparición de la copa en el cementerio, todo
salió perfecto, la tumba, la bandera, el disco y la copa. Aliancista hasta la muerte, dice por ahí un titular.
Llega mi familia a mi casa, no hay respuesta, entran rompiendo la puerta, y me encuentran sentado, un vaso de whiskey en la mano, la blanquiazul en el pecho, sonriente como nunca, pero rígido y sin vida, claro que sí, yo lo vi campeón, y ese fue el último de mis días.